Soy Dios o algo así.
Me contradigo mucho.
Soy el día y la noche, el
principio y el fin, no, no soy dios pero, me siento como uno a decir verdad. Palabras de un
dios incompleto, sin su diosa, esto a causa de sus acciones que, bajo total
raciocinio y estando claro del terreno que llegará a pasar si lo dice, aún las
hace. Un dios pasado de maraca, un dios inseguro, un dios depresivo, un dios
que crea incompatibilidades, textos acerca de él que nadie más escribe o lee,
sólo él. Nadie sabe mi nombre, ni nadie lo sabrá, un dios que tiene temor de sí
mismo, un dios que sin su diosa se dio cuenta de que no es el de la última
palabra. Si están pensando que este dios se dejaba manipular de su diosa, pues
no. Sólo dependía de ella, se sentía el más fuerte al tenerla a su lado y
hablar de cualquier decisión que tomarían, se llegó a sentir tan fuerte que
pensó que no la necesitaría. Error. Débil, sucio, inseguro y llorón. Luego de
tales actos por los que pasó, al dios, ya nadie lo aguantaba, su toxicidad era
tal que sus seguidores le dieron la espalda, sus familiares lo saludaban por
ser familia y la que fue su diosa ya ni se acordaba de él.
El Dios y su Diosa ya no se
hablan, pensó que era la mejor decisión.
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