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jueves, 6 de septiembre de 2018

Puntos de quiebre.

El chamo decidió emigrar desde pequeño o esa vaina era la que él decía.
26 años y lleva ya 5 años fuera del país, se fue para Paraguay, Paraguay ¿Quien coño emigra a Paraguay? Bueno, el chamo es de Venezuela y como los demás jóvenes quería salir en búsqueda de su futuro, algo que no podía hacer en su país. Se graduó de Arquitecto con notas regulares y salió a los 21. Sacó la carrera en 5 años producto del desespero de que el gobierno no lo iba a dejar salir después. Échale bolas, salió a los 16 años del liceo, no lo dejaron elegir su carrera universitaria y eso que era habilidoso con las palabras que usaba. Manejaba a las carajitas que le diera la gana respondiendo sus preguntas con otras preguntas. Un día en la universidad conoció a una flaquita bonita, de nombre Ana. Se la buceaba con los dos amigos con los que se la pasaba pa' arriba y pa' abajo, claro, todo esto sin que nadie se diera cuenta, el muy coño e' madre sabía hablar y sabía bucear como Dios manda.

Ana, tetas pequeñas como limones pero seguían siendo bonitas, blanca tirando a lo pálida, esa piel lo mataba y se lo ponía tieso como el tequeño que a veces se comía la Ana en el primer break de clases. Pelo largo, negro, alta con unas piernas divinas que conectaban con un culo que cada vez que veía se quedaba pendejo. Un día, en clase de Diseño IV, lo pilló mirándole las nalgas y lo que hizo fue reírse.

    ーAy, papá. Mira a esta, mano. Se cagó de la risa cuando me pescó viéndole el culo.ー Le dijo al pana que estaba con él.

   ーTu si eres habla paja, indio.ー Le decían indio porque por muy cara de pendejo que tenga ese no se dejaba joder, era una vaina así como un Yanomami.

    ーAh pues. Te estoy hablando claro, marico. Se empezó a reír.
    ー¿Que pasó?ー Preguntó el que faltaba del grupo siempre llegando tarde.
    ーQue la "que tal" me pilló viéndole ese rolo e' culo y lo que hizo fue reírse.
    ーYa te mandó la seña, indio ¿Que estás esperando?
    ー¿Le vas a creer? Si ese indio es más habla paja.ー Ese era el peo con Garita, ya sabía que era una plaga y ya no se iba a dejar joder más del indio. Ese peo es digno de otro cuento.

El indio, como le decían en la universidad a Cristofer, se paró de coñazo y se fue del salón con la excusa de que iba al baño sin antes decirle a Garita "Me la voy a coger y te voy a mandar fotos de la vaina, gafo".

    ーCoño de la madre, indio. Tu si eres cochino, marginal.
    ーAh vaina, mariquito.

Unos días después le quitó el número a la muchacha y empezó a hablarle sin perder tiempo. Todo un Yanomami cazando a la gacela, esperando paciente a que mostrara algún signo de debilidad para saltarle encima. Llegó el día, la invitó a una reunión en casa de uno de sus panas de la cuadra. Pero, ese no era güevón, después de trabajar tanto a la susodicha no iba a deja que un zamuro le quitara la carne. Hizo que invitara a más gente y cuando el día llegó la pasó buscando en el carro.

    ーMami, móntate. Que la gasolina está cara y como no tengo el carnet de la patria no me la venden en bomba.ー Maldito marginal. Los precios de la gasolina sufrieron un ajuste producto de la nueva medida de salvación económica por parte del chofer de autobús.

    ーA verga, te esperas.ー A la carajita le gustaba la vaina.

Cuando ambos andaban montados en la "nave" partieron hacia su destino, la casa del "pana". Todo fluyó bien, la muchacha se adaptó al ambiente y conoció nueva gente, cabe destacar que eran unas 12 personas en una casa pequeña de 3 cuartos, sala y pasillo cocina-lavandería. Ya eran las 2 de la mañana, sobraba ron y  aspiraban como drogadictos que viven a orillas del Cabriales o El Guaire el santo humo de la marihuana haciéndome llamar "altos gorilas", brindada pegaba aún mejor, brindada un coño e' la madre, cada quien llevó lo suyo. Carajo! que se active esta vaina, gritó uno desde el fondo de la cocina y puso reggaeton del viejo, aquella muchachera en plena época de apareamiento empezó a bailar y beber, Ana agarró a Cristofer de la mano y se arrecostaba a ese muchacho como si de lavarle el pantalón con el culo se tratase.

    Ya eran las 3 de la mañana y ya quedaban 5 personas en la reunión, una pareja que se fue "al baño", el dueño de la fiesta, Ana y el indio. Ya se sabía de la faceta de Ana en las fiestas, le gustaba rascar y rascarse, además se ponía alborotada, por lo tanto Cristofer no se negó a beber mientras ella estuviera bebiendo también. Empezó la conversación interesante. "¿Cuanto te mide?" Cristofer dijo que le decían "Brazo e' niño" por una vaina. Risas por allá y por acá hasta que empezó la sobadera y los cruces de miradas, el indio dijo en su mente "Coño, ya coroné" al mismo tiempo que se preguntaba "¿Y este pana no tiene sueño o como es la vaina?". 3:30 de la mañana y seguían hablando, sobadera por allá, por acá, una agarradita de manos entre Ana y Cristofer, en una de esas posa su mano encima del pantalón en el área en la que se alojaba el paquete del muchacho, le vio y sólo una vaina podía pasar. Ana dijo que iba al baño y Cristofer se fue a servir 3 tragos de aquel ron que cuando tenía 15 años dijo que nunca iba a beber en su vida, pobre iluso.

    El dueño de la casa decidió irse a dormir a las 4 de la mañana y se iluminó el camino del hombre, en lo que se cerró esa puerta empezó a agarrar a Ana como si no hubiese un mañana, le quitó la blusa de golpe mientras la besaba y Ana le apretaba aquel bulto más tenso que un tronco de caoba barnizado recién secado.

    ーYa va.
    ー...
    ーCoño, indio, que ya va.
    ー¿Mami, que pasó? No te me eches pa' atrás así, vale.
    ーEs que tengo que ir al baño.
    ー¿Otra vez? Que peo.
    ーSi me diste 3 tragos en menos media hora, mijo.
    ーDale rápido antes de que me explote el muchacho, pues.

Ana se paró y fue al baño. Pasaron pocos minutos y Cristofer en medio de la calentura y la pea se para a buscar a esa gacela. Cruza la sala, agarra un trago que estaba en la mesa, se lo bebe fondo blanco y va por esa mujer. Pasa por el pasillo y se percata que la pareja está dormida en el cuarto de huéspedes con la puerta abierta, les cierra la puerta, voltea hacia el baño y, coño de la madre, el Zamuro se estaba cogiendo a Ana.

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